1349_ORTHOS YOGA AVANZADO teoria y practica

Programa AVanzado de Enseñanza en Yoga

Desde las arterias, la sangre va hacia los vasos capilares y de estos (después del intercambio ente la sangre y las células) hacia las venas. Al final, las dos venas cavas recogen la sangre de todas las venas (excepto del propio corazón , que desemboca mediante el seno coronario directamente en la aurícula derecha) y la devuelven a la aurícula derecha. La sangre impulsada por la contracción del corazón en cada latido se puede percibir con más intensidad cerca del corazón, y a medida que nos alejamos de él se percibe con menor intensidad. En los capilares, la fuerza propulsora es tan baja que se hace imposible percibir el ritmo de las pulsaciones (que es perceptible en las arte rias). En las venas, la fuerza propulsora sigue siendo menor hasta acabar, por completo, cuando la sangre está de nuevo cerca del corazón. En realidad, el corazón tiene un efecto de absorción de la sangre que viene por las venas que desembocan en él. Durante la respiración el diafragma presiona el corazón y en deter minadas posturas del Yoga, esta presión aumenta, ejerciendo un suave masaje en el músculo cardiaco. Las venas son los órganos dónde la presión y flujo de sangre es me nor, aunque tienen el constante trabajo de recoger y conducir toda la sangre del cuerpo hacia el corazón. La gravedad aumenta su es fuerzo para la realización de este trabajo (sobre todo, en las venas de las extremidades inferiores), hecho que causa la sobrecarga y se mansifiesta por la aparición de las varices. Las posturas invertidas del Yoga alivian la presión excesiva (acumulación de sangre) en las venas, dando el tiempo necesario al organismo para que se recupe re y hasta para reparar la normalidad en las venas varicosas. BENEFICIOS DEL YOGA

Las dos grandes venas de retorno que son la vena cava superior y la vena cava inferior, transportan la sangre hacia la aurícula derecha. La vena cava superior recoge la sangre de las partes del cuerpo situadas arriba del corazón (cabeza y brazos), mientras la inferior recoge la sangre de la parte restante (abdomen y extremidades in feriores). Mientras recibe la sangre venosa, la aurícula derecha está en diástole. Cuando está llena, se contrae y vacía su contenido en el ventrículo derecho, que lo recibe en condición de relajación y se llena. En seguida, el ventrículo derecho se contrae e impulsa a la sangre contenida en él, para seguir hacia la arteria pulmonar y de ahí, se conduce a los pulmones. La sangre proveniente de las dos venas cavas es pobre en oxígeno y está llena de dióxido de carbono que será eliminado a través de la expiración en los pul mones. En ese momento, se recoge una nueva cantidad de oxígeno (que ha llegado por medio de la inspiración). En el momento en que la sangre se llena de oxígeno, su color cambia de púrpura a rojo escarlata. Esta sangre oxigenada será distribuida a todas las célu las del cuerpo. Para hacerlo, la sangre de los pulmones se conduce hacia el corazón por medio de las 4 venas pulmonares (2 de cada pulmón), llega a la aurícula izquierda en diástole. Al llenarse, la aurícula se contrae, forzando el llenado del ventrículo izquierdo. El ventrículo izquierdo, a su vez, se contrae e impulsa la sangre hacia la aorta, a sus ramificaciones arteriales hasta los órganos y hasta las células de nuevo. El ventrículo izquierdo se contrae con tal fuerza que la sangre pre sionada en la arteria aorta se impulsa en todas sus ramificaciones con un movimiento de choque. Este choque produce el pulso que podemos percibir. Para tener una idea más clara de la intensidad con la que el ventrículo izquierdo se contrae, basta con escuchar el latido del corazón en el pecho. Este latido es el resultado del choque del ventrículo izquierdo contra pared del tórax al contraerse.

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