1349_ORTHOS YOGA AVANZADO teoria y practica

Programa AVanzado de Enseñanza en Yoga

MEDITACIÓN TIBETANA KADAMPA

Para esta tradición del Tibet, la meditación es la mente que se con centra en un objeto virtuoso y la acción mental que es la causa principal de la paz mental. Siempre que meditamos, estamos realizando una acción que nos hará sentir la paz interior en el futuro. Generalmente, durante nues tra vida, cada día experimentamos delusiones, que son lo opuesto de la paz mental. El objeto virtuoso es aquel que, cuando nos concentramos en él, nos hace desarrollar una mente serena. Si nos concentramos en un objeto que nos provoca una actividad agitada de la mente, como por ejemplo, la rabia y el apego, esto indica que, para nosotros, el objeto no es virtuoso. Además, existen muchos otros objetos que no son ni virtuosos ni lo contrario. Existen dos tipos de meditación: la analítica y la posicionada. Me ditación analítica significa contemplar el sentido de la instrucción espiritual que escuchamos o leemos. Por el hecho de contemplar esta instrucción profundamente, llegamos a una conclusión defini tiva o generamos el estado de mente virtuoso. Uno de estos estados será el objeto de la meditación posicionada. Entonces, nos concen tramos en esta conclusión, el estado mental virtuoso, durante el mayor tiempo posible y nos vamos acostumbrando profundamente a esto. Esta concentración es la posicionada. La meditación analí tica frecuentemente es denominada contemplación y la meditación posicionada, meditación. La meditación posicionada depende de la meditación analítica, y la meditación analítica depende de es cuchar o leer las instrucciones espirituales. Un ejemplo de la me ditación analítica sería escuchar las palabras de un monje acerca de la compasión generada por la mente pura. Tras escuchar estas palabras, nos concentramos en la compasión; pero no solamente en el sentido de la palabra sino que en la sensación que el estado de mente compasiva genera. LOS BENEFICIOS DE LA MEDITACIÓN El propósito de la meditación es hacer que nuestra mente quede en calma y apaciguada. Si nuestra mente está en paz, quedamos libres de las preocupaciones y del malestar mental, de esta mane ra, vivimos la verdadera felicidad. Al contrario, si nuestra mente no está en paz, encontramos muy difícil ser felices, aunque vivamos en las mejores condiciones. Si entrenamos la mente en la meditación, poco a poco, se vuelve más tranquila y experimentamos formas de felicidad cada vez más puras. Al final, seremos capaces de estar felices todo el tiempo, hasta en las situaciones más difíciles. En general, encontramos difícil controlar la mente. Es como un balón al viento, llevada de un lado al otro por las circunstancias exteriores. Si las cosas van bien, estamos felices, pero si van mal, inmediatamente nos sentimos infelices. Por ejemplo, cuan do obtenemos lo que deseamos, sean nuevas posesiones, posición o pareja, estamos eufóricos y nos apegamos fuertemente a esto.

Pero, como no es posible obtener todo lo que queremos y además, seremos separados, indudablemente, de los amigos, cargos y po sesiones, el apego o pegamento mental solamente nos causa dolor. Cuando no conseguimos lo que queremos o perdemos lo que nos gusta, nos desanimamos o nos irritamos. Si tenemos que trabajar con alguien que no nos gusta, estamos resentidos e irritados y, ade más, no conseguimos trabajar tranquilamente. Nuestro tiempo en el trabajo será estresante e insatisfactorio. Estos cambios de humor ocurren por el hecho de que estamos ínti mamente envueltos por las situaciones exteriores. Somos como un niño que se alegra al construir un castillo en la arena, pero llora cuando es destruido por las olas del mar. El entreno de la medi tación crea espacios internos y claridad mental que nos ayudan a controlar nuestra mente independientemente de las circunstancias exteriores. Gradualmente, desarrollamos el equilibrio mental y la mente estable que permanece feliz, en vez de oscilar entre los ex tremos de la euforia y la falta de ánimo. Si entrenamos la meditación de forma sistemática, seremos ca paces de erradicar las delusiones que son las causas de todos los problemas y el sufrimiento. De esta manera, experimentamos la paz interior permanente. Entonces, cada día, sentiremos solamente paz y felicidad. Aunque parezca que la meditación no va bien al principio, debe mos acordarnos que el simple hecho del esfuerzo de meditar crea el karma mental para experimentar la paz interior en el futuro. La felicidad en esta vida, y en las vidas futuras depende de la expe riencia de paz interior que, a su vez, depende de la acción mental de meditar. Ya que la paz mental es la fuente de toda felicidad, queda claro lo importante que es meditar. ¿CÓMO EMPEZAR LA MEDITACIÓN? La primera etapa de la meditación consiste en interrumpir las distracciones y volver la mente más clara y lúcida. Esto se pue de lograr con una simple meditación respiratoria. Buscar un sitio tranquilo para meditar y sentarse en la postura tradicional, con las piernas cruzadas una sobre la otra o en cualquier posición confor table. Podemos sentarnos, además, en una silla. Lo más importan te es mantener la espalda recta para impedir que la somnolencia invada la mente. Mantener los ojos parcialmente cerrados y dirigir la atención a la respiración. Respirar con naturalidad por la nariz, sin alterar el rit mo e intentar percibir la sensación que produce el aire al entrar y salir por las narinas. Esta sensación es nuestro objeto de medita ción. Intentaremos concentrarnos en esto sin pensar en nada más. Al empezar nuestra mente estará muy ocupada y creemos que la meditación aumentará su agitación. En realidad, estamos tomando conciencia del estado mental en que nos encontramos a menudo.

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