1349_ORTHOS YOGA AVANZADO teoria y practica

Programa AVanzado de Enseñanza en Yoga

MEDITACIÓN JAPONESA ZAZEN la continuación del ser interior, es apenas la mínima fracción de nuestro ser real. • El fin del sufrimiento es la Iluminación, o nirvana: Las enseñan zas de Buda nos ayudan a llegar a la Iluminación, a través de la meditación.

• La noble óctuple senda o los ocho caminos correctos: son medios prácticos empleados para deshacer el enredo del “yo” y los hábitos adquiridos: 1. Correcta visión y creencias; 2. Correcto pensamiento, decisiones y voluntades; 3. Correcta palabra;

La escuela japonesa del zen mezcla la filosofía meditativa budista reducida a lo esencial. En el zen, las artes son consideradas como la prolongación de la perfección espontánea de la Naturaleza en la esfera de lo humano, una forma de expresión que, generalmente ,bloquea la mente racional. La perfección eterna de la Naturaleza está representada en el Zen por el círculo, un mandala de esencial simplicidad y símbolo de la integridad donde se lee: “El espiritu del zen se encuentra en todos los lados”. El silencio mental, la culminación de todos los sonidos percibidos interiormente, es consecuencia de la meditación, procedimiento que siguen las imágenes, los pensamientos y los sonidos hasta su raíz en medio del más íntimo silencio. La mente silenciosa se logra a través de prolongados retiros, en los cuales se deja atrás el mun do de los sentidos. No podríamos hablar del zazen sin citar a Siddhartha Gautama, Buda Shakyamuni, que nacido alrededor del año de 560 a.C., hijo de un rey del pueblo shakya y que habitaba la región fronteriza entre la India y el Nepal. Vivió y enseñó en uno de los períodos más fértiles de la historia. Gautama disfrutó de una vida apacible, rodeada de completa tran quilidad. Creció, se casó y tuvo un hijo. Su padre era muy protector e impidió que el joven príncipe traspasara los jardines del palacio, a fin de que nunca se enfrentase a la dura realidad de la vida. Entre tanto, un día, el joven Gautama se aventuró a salir fuera de los mu ros del palacio y, en su salida, vió cuatro cosas que transformarían su vida. La primera fué un anciano encorvado, la segunda fué un hombre que sufría una terrible enfermedad, la tercera fué un cor tejo fúnebre. Estos tres encuentros con la vejez, la enfermedad y la muerte -conocidos como “Las tres marcas de la no permanencia”- causaron una profunda impresión en el alma ingenua del joven. En seguida, cuando volvía al palacio, su mirada se fijó en un sadhu (aquel que se ha desapegado de la vida mundana), cuya expresión irradiaba la paz más digna y plena. En aquel momento el joven Gautama decidió renunciar a su cómoda y tranquila existencia como príncipe y dedicó el resto de su vida a la búsqueda de la Verdad. El discurso de Buda, conocido como “La puesta en movimiento de la Rueda de la ley”, está constituido por una serie de reflexiones sobre “Las cuatro nobles verdades”: • La vida es sufrimiento: El apego a todas las cosas de la vida nos hace sufrir por el hecho de perderlas. • La causa del sufrimiento es la ignorancia: Vivimos la vida de ma nera egocéntrica, ignoramos que nuestro “yo”, que consideramos

4. Correcta acción corporal; 5. Correcta manera de vivir; 6. Correcto esfuerzo y coraje;

7. Correcto conocimiento y atención; 8. Correcta concentración mental.

Todas estas ocho prácticas están íntimamente relacionadas.

El Zen es el método práctico de realización de la naturaleza de Buda. Es una disciplina del cuerpo y la mente que exige gran es fuerzo, perseverancia y fe en la posibilidad de la Iluminación y en la capacidad de alcanzarla. Es simple, directo, práctico y se ocupa del aquí y ahora. Comprender y experimentar la verdad o la naturaleza de Buda conduce a la aceptación dinámica de la vida cotidiana y al reconocimiento de su calidad extraordinaria. El maestro zen Umon (muerto en 949 d. C.), cuando le preguntaron cómo actuar según la verdadera naturaleza, contestó:

Al caminar, apenas camine, Al sentarse, apenas se siente, Sobretodo, no vacile.

El objetivo pragmático del zen es el de conducir el practicante a una experiencia directa con la vida. Así como eliminar todas las distinciones dualístas, por ejemplo, yo/tu, verdadero/falso, sujeto/ objeto, a fin de llegar a la conciencia de la vida no condicionada por las palabras o los conceptos. LA PRÁCTICA DEL ZAZEN El zazen significa meditación sentada. La postura sentada en loto expresa la unidad en la dualidad: ni dos, ni uno. Nuestro cuerpo y mente no son dos ni uno; son dos y uno al mismo tiempo. UN LUGAR PARA SENTARSE Elegir un sitio tranquilo, limpio y, si es posible, utilizar siempre este mismo lugar para practicar el zazen. Se puede hacer un altar con la estatua de Buda u otra figura que nos inspire. Además, se puede poner incienso y flores, aunque no sea esencial para la práctica. La temperatura debe ser agradable, la iluminación normal o natu ral. La idea esencial es mantener el mismo ambiente en todos los momentos en que se hace el zazen. De esta manera, se empieza a asociar la práctica del zazen con este ambiente y se logra llegar a la calma más rápido.

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