1349_ORTHOS YOGA AVANZADO teoria y practica
Programa AVanzado de Enseñanza en Yoga
EL CUERPO SUTIL
Tanto en la India como fuera, es comúnmente aceptado que el cuer po físico tiene el correspondiente cuerpo sutil que no está hecho de la materia física, sino que está constituido de una sustancia más refinada, la energía. La “anatomía” y la “fisiología” de esta parte “supra” del cuerpo físico, llamada “cuerpo astral” o “cuerpo sutil” (sukshma-sharira) se hicieron objeto de una investigación intensa por parte de los yoghis, especialmente en las tradiciones Hatha Yoga y Tantra-Yoga. La forma de “energía” que constituye los chakras (cakras) y el flujo del cuerpo sutil no tienen una explicación científica. Los hindues la llaman prana, que significa literalmente “vida”, es decir, “fuerza vital”. Los chinos la llaman chi (ki). Se trata de una energía “orgá nica” que llena todo el cuerpo. La fuerza vital (prana) condensada en el cuerpo sutil se asemeja a la energía eléctrica y circula a través de circuitos llamados na dis. Esta palabra significa “conducto”, pero no debemos pensar en dichos nadis como estructuras físicas tubulares. Tampoco son idénticos a las venas y las arterias o a los nervios. Los nadis son corrientes energéticas o patrones de flujo, definidos dentro de este campo luminoso de energía que es el cuerpo sutil. Hay textos de Yoga que dicen que los nadis son 72.000, otros dicen 300.000. Pero, varios Yoga-Upanishads especifican los nombres de diecinueve na dis y revelan su localización. Todos los nadis se originan en el “bulbo” (kanda, kanda), que es una estructura que tiene la forma de un “huevo de gallina”, y que según algunos textos, está entre el ano y el pene (o el clítoris), se gún otras informaciones, está en la región del ombligo. Los textos tradicionales de Yoga reconocen la existencia de tres ca nales principales de energía: 1. El canal central o axial, que recorre lo largo de la columna ver tebral, se llama sushumna-nadi, que significa “la graciosísima”. También podemos encontrarlo con el nombre brama-nadi, pues es la trayectoria de la kundalini-shakti en su subida, del despierto “poder de la serpiente” que conduce a la liberación en el Absoluto (Brahman). 2. A la izquierda de la corriente axial está el ida-nadi y a la derecha, el pingala-nadi. El primero es nombrado por el hecho de ser “lívido” y el segundo “rojeado”. Son respectivamente simbolizados por la luna fría y el sol caliente. Los dos canales se enroscan alrededor del sushumna, formando una rampa helicoidal. Coinciden en cada uno de los seis chakras inferiores y terminan en el centro situado entre las cejas y detrás de ellas. Solamente la sushuma recorre todo el camino desde el último chakra hacía el centro coronario.
La principal tarea del yoghi (tantra y hatha) es la de estabilizar el flujo energético en el canal central. Mientras la fuerza vital osci la hacia arriba y hacia bajo en ida y pingala, la atención exterior permanece, o sea, la conciencia del yoghi queda dominada por las fuerzas “lunar” y “solar”. Cuando el yoghi canaliza la energía vital (prana) hacia el canal axial, se estimula la energía latente del kundalini, hasta conseguir que suba como una erupción volcánica, llenando el centro coronario y produciendo así el deseado estado de éxtasis (samadhi). Según una explicación esotérica bastante común, la palabra hatha signi fica la unión del “sol” y la “luna” o mejor dicho, es la convergencia de la fuerza vital que generalmente se fluye a lo largo de los canales ida y pingala. Es importante observar que además de la fuerza vital (responsable del funcionamiento del cuerpo y de la mente) la kundalini- shakti es también una faceta más del Divino Poder. Si comparamos la fuerza vital a la electricidad, la kundalini será semejante a una descarga eléctrica de altísimo voltaje. Si concebimos la fuerza vital como una brisa agradable, la kundalini se compara a un huracán. Cuando el poder de la kundalini se desencadena en el cuerpo, pro duce cambios profundos en el ser físico y mental de la persona. Los adeptos del Tantra y del Hatha-Yoga garantizan que este poder, cuando es bien conducido, puede transformar el cuerpo-mente en un vehículo “divino”, capaz de hechos increíbles. Para los yoghis auténticos, el sentido del control de la respiración es el de ir más allá del condicionamiento del cuerpo-mente y llegar al dominio del Ser-Conciencia-Beatitud trascendente. Para lograr tal hecho es necesario concentrar la fuerza vital como un rayo láser y hacerla subir por el eje de la columna hasta la coronilla de la cabeza, donde se localiza el mayor centro espiritual. Mientras la ciencia occidental intenta hallar las explicaciones para fenómenos como los meridianos de la acupuntura, el despertar de la kundalini y la fotografía Kirlian, los yoghis siguen explorando y disfrutando de lo grandioso del cuerpo sutil, desde hace mucho tiempo. Algunas de sus ideas enriquecieron las actuales investiga ciones pioneras en el campo de la energía biológica.
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