1349_ORTHOS YOGA AVANZADO teoria y practica

Programa AVanzado de Enseñanza en Yoga

Las asanas se dividen en dos grupos: las posturas de meditación, en que el practicante se sienta con las piernas cruzadas (en loto o padmasana), y las posturas físicas, que son las demás. Las personas que adoptan la práctica de las asanas también son de dos tipos: los que buscan solamente las ventajas fisiológicas, los que dan culto al físico y los que buscan las ventajas espiritua les, los que dan culto al espíritu. Buscando obtener resultados fi siológicos en la práctica de las posturas (físicas), los practicantes físicos, bien como, los practicantes espirituales desean mantener sus sistemas nervioso y endocrino en el estado óptimo, pues estos sistemas son responsables de la salud de todo el organismo (ver los capítulos Sistema nervioso y Sistema endocrino). El practicante espiritual, además de esto, se propone practicar las posturas adicionales con el objetivo de que su sistema nervioso esté preparado de manera que pueda soportar con facilidad la in tegración de la fuerza espiritual de la kundalin i (ver el capítulo Cuerpo sutil), pues el despertar de tal fuerza constituye uno de sus principales objetivos. Además, el practicante de la cultura espiri POSTURAS FÍSICAS Y ESPIRITUALES

tual no se queda satisfecho solamente con las posturas. Él practica, muy en serio, las posturas meditativas, pues éstas reducen la actividad metabólica de su cuerpo al mínimo para que su mente pueda mantenerse fija en un único punto, posibilitando la concentración necesaria para Dharana, Dhyana y Samadhi (ver el capítulo La ética del yoga)”. En resumen, podemos decir que las posturas son practicadas para entrenar el sistema nervioso y endocrino, mientras las meditativas son practicadas para eliminar de la actividad mental las perturbaciones fisiológicas. Las dos prácticas se puede iniciar aisladas o paralelamente pero es de gran importancia iniciarse en la práctica de los yamas y ni yamas, si queremos que las asanas produzcan mejores resultados. Las posturas de meditación establecen en el cuerpo las condicio nes fisiológicas en que la mente no se perturba ante cualquier es tímulo proveniente del cuerpo. De hecho, desde ahí, el cuerpo sólo penetra en el campo de la conciencia. Esto se hace posible a través de la práctica constante de una de estas posturas por una hora o más, en un período mínimo de seis meses.

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