1349_ORTHOS YOGA AVANZADO teoria y practica
ORTHOS
CONCENTRACIÓN E INMOVILIDAD
La inmovilidad en una postura fomenta, en primer lugar, la con centración. En Occidente, el hombre vive en una sociedad que le bombardea constantemente con informaciones rápidas e inconexas entre sí. Basta sentarse frente al televisor con una mirada crítica, en el mo mento en que se pasan los anuncios, para comprobar que por bre ves minutos nuestra mente ha tenido que reajustarse, como poco, unas diez o quince veces. Ante este panorama, la idea de inmovilidad puede producir más temor que la de movimiento constante y vertiginoso al cual uno se ha tenido que acostumbrar. La inmovilidad de las asanas ayuda a tomar conciencia de quién se es, a conectarse con uno mismo, a conocerse más íntimamente, poner el centro dentro de nuestro interior. Una consecuencia directa es un conocimiento y dominio mayor de las propias emociones, re acciones y actitudes, tanto frente a situaciones afortunadas como ante las dificultades. La mayoría de la gente tiene su propia forma de encarar los con flictos: algunos lo hacen con la mente, intentando resolverlos me diante el uso de la lógica e ignorando las emociones que les sus citan; otros, con el cuerpo, utilizando la violencia para conseguir los objetivos que se proponen y un tercer grupo, con las emociones o sentimientos, desoyendo la voz de la razón o ignorando las con secuencias que, según la lógica, podrían presentarse. Son pocas las personas que encaran sus problemas como seres integrales e integrados ya que el entorno y el ritmo de vida, más que favorecer la integración, la imposibilita. Por ello es tan importante el bene ficio que proporciona la inmovilidad. No sólo mejora las funciones puramente físicas sino, como cualquier otro tipo de trabajo de Yoga, refuerza la conexión entre el mundo físico, psíquico, mental y es piritual. Desde el punto de vista fisiológico, la inmovilidad resulta saludable porque al hacer las posturas se comprimen ciertos órganos y mús culos, lo que equivale a hacer sobre ellos un masaje. También se activan centros nerviosos de los cuales parten los nervios que ac túan sobre los distintos órganos, produciendo sobre ellos una seda ción o movilización. Las asanas tonifican los músculos, armonizan el sistema nervioso y regulan la secreción de hormonas.
La finalidad del Yoga es alcanzar la postura adecuada para la me ditación, es decir, la del loto o padmasana. Sin embargo, el practi cante de Yoga no puede limitarse a aprender esta única asana , su máxima aspiración debe ser alcanzar el equilibrio físico, mental y espiritual. Para lograr este objetivo, es necesario someter el cuerpo a una serie de ejercicios que impliquen el movimiento, recolocación y relajación de todos los músculos y es aquí donde el resto de asanas cumplen un papel fundamental. Una de las principales ventajas de las asanas es que ofrecen la po sibilidad de tomar conciencia de todos y cada uno de los músculos, sistemas y vísceras del cuerpo. A la hora de realizar las posturas, se utilizan músculos, tendones y ligamentos que se usan muy poco o incluso nada en la vida cotidiana. Sin embargo, este nivel de propiocepción no se podrá lograr a menos que la mente esté clara y abierta como para percibir las señales que llegan desde las dife rentes partes del cuerpo. La conexión que existe entre la mente y el cuerpo se puede simboli zar con una puerta que comunica dos espacios. Si ésta permanece cerrada, no llegará a la conciencia la información que cada parte del organismo envíe al cerebro. Y más aún: tampoco podrán llegar a los órganos y sistemas las órdenes de movimiento, contracción, flujo sanguíneo o relajación que se le envíen desde la mente. La concentración durante la postura es tan importante como la respiración. Gracias a esta integración, el cuerpo recibe el aporte necesario de oxígeno y el corazón adquiere el ritmo adecuado equi librando, con ello, todo el organismo. Las posturas pueden ser más o menos fáciles; unas se alcanzarán en el primer intento y otras con paciencia y disciplina. Las hay de todas clases: torsiones, estiramientos, contracciones, equilibrios, flexiones, extensiones, inversiones, etc. Se realizan partiendo de diferentes posiciones: de rodillas, de pie, sentado, tumbado boca abajo o boca arriba, en cuclillas, etc. Cada una de ellas tiene su valor terapéutico. La percepción de las diferentes partes del cuerpo, el saber aislar en la mente las informaciones que llegan desde el músculo o un órgano, tiene una indiscutible utilidad a la hora de detectar cual quier anomalía, de percibir la enfermedad aun antes de que ésta se desarrolle y genere síntomas más evidentes. En este sentido, puede decirse que la práctica de las asanas tiene un especial valor preventivo, aunque no sustituyen los tratamientos convencionales.
52
Made with FlippingBook - professional solution for displaying marketing and sales documents online